Capítulo 22: El Disfraz

Llegó Octubre. Hace no muchos años la llegada de este mes me producía cierta efervescencia corporal, no precisamente porque me emocionara el Señor de los Milagros y su respectivo turrón, ni la canción criolla que se viste de gala por estas fechas, sino por Halloween, pese a que se considere alienante (todo el rollo con respecto al tema resulta irrelevante para este post, así que lo obviaré), pero es que hay que reconocer que cuando somos niños preferimos mil veces ver a Frankenstein que a un virtuoso cajonero.

Yo era uno de esos. No, me corrijo, YO SOY UNO DE ESOS.
Digo "yo soy" porque pese a que mis gustos cambiaron, ya no dibujo monstruos, ni pinto mi casa de negro y morado, y hace mucho que no uso un disfraz, cosa que yo consideraba ABSOLUTAMENTE FASCINANTE y que ahora añoro, pues he conservado esa afición con el misterio, el suspenso, los relatos góticos y extraños, me he centrado en la literatura y las artes visuales y todo ronda en ese género. El ¿por qué?, ojalá pudiera decirlo, asumo que todo lo que viví quedó bastante impregnado en mí.

En fin, la última vez que usé un traje fue uno de un monje que me gustó mucho, hace ya casi una década atrás. Hoy estaba tirado en la cama y pensé en que talvez algún día vuelva a usar uno, sinceramente extraño todo eso. xD
Y precisamente, como si todo hubiera sido calculado, borrando algunas cosas de mi galería de imágenes encontré esto:



Sí, el traje e implementos de Alex Delarge, ese maldito loco amante de la leche, la ultraviolencia y Beethoven al cual estimo mucho. Quedaría algo así.




Ridículo, pero creo que es sexy haha!. Algún día usaré uno de esos, talvez en una fiesta de disfraces. Mwahaha.